Introducción
El éxito en la restauración de tierras áridas a partir de semillas es difícil de lograr. Múltiples desafíos, incluyendo la precipitación infrecuente, la sequía a largo plazo, los animales que comen semillas y las condiciones del suelo pobres, limitan la germinación efectiva de las semillas y el establecimiento de las plantas deseadas. Las bolas de semillas (también
llamadas pellets de semillas y bombas de semillas) están emergiendo como una herramienta que aborda directamente las limitaciones para el éxito de la restauración en sistemas
áridos (Madsen et al. 2016). Se espera que las bolas de semillas, que son estructuras generalmente compuestas de suelo, semillas, arcilla y agua (Fig 1), protejan las semillas del estrés por desecación, del movimiento por parte de los granívoros o del viento y, en última instancia, proporcionen un pequeño paquete de recursos para las plántulas en crecimiento. Aunque se han publicado algunos artículos que describen la utilidad del uso de bolas de semillas para la restauración ecológica (Gornish et al. 2019), la mayoría de los estudios formales no exploran las mejores técnicas de diseño para optimizar el éxito de las bolas de semillas (Bleak y Hull 1958). Esto está cambiando lentamente a medida que las bolas de semillas (y sus derivados, incluidos los discos, monedas y pellets de semillas) se utilizan más comúnmente. Por ejemplo, se ha investigado el efecto del tipo de ingrediente de las bolas de semillas (Davies 2017), del tipo de suelo (Madsen et al. 2021) y de la preparación del suelo (Jordan 1967) en los resultados de la restauración. Las estrat gias básicas de diseño que optimizan el éxito de las bolas de semillas son críticas para su uso ge eralizado en proyectos de restauración de tierras áridas.